21.3.1947
(...) Esto me recuerda que hace dos años hablando yo de música con Martín de Riquer le elogié la música de camera y él me respondió:
- La odio... afemina el animo.
Y decía que le agradaba el coñac tres ceros de la casa Osborne –que es el peor y más bronco- porque no era blando ni perfumado. Lo encontraba duro y guerrero, seguramente patriótico.
Pero si Santamarina es de buena fe [es refereix a Luys de Santamarina, falangista que anava amb la pistola per la redacció de Solidaridad Nacional], Riquer es un energúmeno lleno de mala sangre, oportunista, ramplón y sinvergüenza. Cuando la Guerra Civil quedó en Barcelona y fue profesor de la Escuela de Guerra roja y muchos le recuerdan haberle visto pasear por Barcelona con pistolón al cinto. Llegó el momento de ir al frente y bien pronto buscó el modo de quedarse emboscado. Para ello fue a visitar a Rovira y Virgili y le dijo que procurara que quedase en Barcelona porque estaba escribiendo una “Historia de Cataluña”.
-La Historia de Cataluña se escribe –le respondió Rovira- se escribe ahora en el frente.
Como íntimamente es un cobarde se escondió, logró pasarse a la zona nacional y encontrar a través de Xavier Salas y Masoliver un cargo en Propaganda y se dedicó a organizar discursos por los pueblos ocupados. Al acabar la guerra tuvo la desgracia de perder un brazo al entrar en un pueblo y ello, bien negociado, le ha valido una seria de cargos entre ellos el de auxiliar de Literatura de la Universidad. Antes de la guerra no era ni bachiller. Es un tipo cararedondo, manco de brazo derecho, que lo lleva articulado de madera, pálido de cara, brusco en el hablar y en los movimientos, fatuo, desenfadado, muy amigo de comer y beber, aunque sin refinamiento y muy hábil en tratar y embaucar a los ignorantes, entre los que se encuentra como figura majestuosa, el gordo y sentimental doctor Castro, decano de la Facultad de Filosofía, que tiene una almita de mariposa, lírica y voladora, y una ignorancia maciza, solemne, abovedada, donde revuela insignificantemente esta alma lírica.(...)
I ja que parlem de Martín de Riquer, aquí va una altra perla que va signar el Ramon Barnils ("Operació borbonalla"; El Temps, núm. 413, 18 de maig del 1992)
Així, per acord entre el comte Juan de Barcelona i el dictador general Franco, entre els professors de llur hereu i després legal -i més legal del segon que no pas del primer, lleis en mà- successor l'actual Juan Carlos I, hi trobem situat l'eminent Martí de Riquer: Ex Combatiente del Tercio Nuestra Señora de Montserrat, Cavallero Mutilado i màxima autoritat en literatura medieval catalana, occitana i demana; que després l'alumne se li hagi dedicat preferentment a córrer a motor, a vela i demana no diu res contra Riquer; de pitjors en deu haver tingut -això ho suposem, tot i haver-li sentit el català que ens administra amb puntualitat decennal.